PRÓLOGO

PRÓLOGO

Querido diario:

Después de dos meses sin verle siento que cada vez voy perdiendo mis fuerzas, por las noches no puedo respirar y las pesadillas se acumulan en mi mente. Sueño con él viniendo a por mí, casi nos tocamos, pero no me puede ver, pasa a mi lado sin ni siquiera rozarme y poco a poco se va desvaneciendo, yo grito, de verdad que lo hago, con todas mis fuerzas, pero él no me escucha, nunca lo hace. Luego me despierto y ya no le vuelvo a ver hasta la noche, y así durante dos meses.

Dijeron que el dolor acabaría pasando, pero el mío es cada vez más fuerte. Dijeron que le olvidaría, pero cada vez me acuerdo más de él. No tengo ganas de hacer nada, solo dormir, pero cuando duermo me vienen esas horribles pesadillas...

Hoy mi madre ha venido y me ha estado dando unas lecciones de la vida, ya sabéis... lo típico que dicen las madres. La conversación fue algo como...

"Hola hija ¿qué tal? Bueno no me contestes ya se tu respuesta y sinceramente no me importa, algún día lo entenderás, soy tu madre y ha sido lo mejor, luego tienes que ir a entrenar, te quiero hija y a ver si encuentras a otro tío que te convenga más que Jake."